En el marco del Día de la Resistencia Indígena, el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, emitió un comunicado en el que denuncia lo que califica como un intento de “colonialismo moderno” por parte de Estados Unidos en la región.

“Hace más de cinco siglos, nuestros pueblos originarios enfrentaron la llegada de un imperio voraz que intentó saquear recursos, arrebatar identidad y convertirnos en esclavos. Hoy, en pleno siglo XXI, gobiernos como el norteamericano continúan con la misma lógica depredadora, mediante bloqueos económicos, sanciones coercitivas y amenazas de incursión bélica”, afirmó Padrino López.

En este sentido, se refirió expresamente a los operativos militares estadounidenses en el mar Caribe, a los que calificó como un ejemplo de la “reedición del viejo método colonizador: la intimidación por la vía de la fuerza”.

Según Padrino López, Venezuela se mantiene «alerta y organizada», con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la población civil «preparadas para defender la soberanía y la autodeterminación del país».

El mensaje también destacó la importancia de recordar la resistencia ancestral de los pueblos indígenas, mencionando figuras históricas como Guaicaipuro, Terepaima, Apacuana, Tiuna y Tamanaco, y afirmando que la lucha actual es una continuación de la defensa de la tierra, la paz, la igualdad y la justicia social.

“¡Nos inspira la resistencia ancestral! Ninguna potencia extranjera volverá a profanar este suelo sagrado”, concluyó Padrino López.

El comunicado se da en medio de la escalada militar en el Caribe, donde el Comando Sur de Estados Unidos mantiene desde septiembre un operativo marítimo contra el narcotráfico, que ha dejado hasta la fecha 21 muertos en enfrentamientos con presuntos traficantes vinculados, según Washington.

El gobierno estadounidense acusa a altos mandos militares y políticos venezolanos —incluidos dirigentes del chavismo— «de integrar y proteger esta red de narcotráfico», señalando al propio Maduro de «liderar y financiar operaciones ilícitas en coordinación con grupos armados en la región».

Caracas ha rechazado estas acusaciones y ha denunciado que se trata de una “campaña de agresión” para justificar acciones hostiles contra su soberanía.

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