Cómo pasar de trabajar a jubilarte, paso a paso

Dejar de trabajar no es tan simple como cerrar la puerta de la oficina. Jubilarse paso a paso implica decisiones clave, fechas concretas y números que hay que gestionar bien.  Entender cuándo, cómo y en qué condiciones hacerlo marca la diferencia entre una jubilación improvisada y una bien planificada. Porque no se trata solo de dejar de ingresar un sueldo, sino de empezar a cobrar lo que has construido durante años.

Jubilarse paso a paso: conoce las diferentes edades para dejar de trabajar

Una de las primeras preguntas que surgen al planificar la jubilación es: ¿cuándo me podré jubilar legalmente? La edad de jubilación en España se está incrementando gradualmente, y depende de los años que hayas cotizado a la Seguridad Social a lo largo de tu vida laboral. Veamos los casos:

  • Edad de jubilación ordinaria (legal): En la actualidad la edad ordinaria son 66 años y 8 meses si has cotizado menos de 38 años y 3 meses. En cambio, si has cotizado 38 años y 3 meses o más, podrás jubilarte a los 65 años con el 100 % de la pensión. Esto forma parte de un aumento progresivo de la edad de retiro: a partir de 2027 se exigirá haber cotizado 38 años y 6 meses para jubilarse a los 65, y quienes no lleguen a ese tiempo cotizado deberán esperar hasta los 67.
  • Excepciones a la edad ordinaria: Existen colectivos con legislaciones especiales que pueden jubilarse antes por la naturaleza de sus trabajos (mineros, personal ferroviario, fuerzas de seguridad, bomberos, etc.) .

Como ves, la edad oficial para jubilarse no es única ni inamovible. Depende de tu cotización y de la normativa del momento. También puedes decidir retirarte algo antes (jubilación anticipada) o seguir trabajando más allá de la edad ordinaria (jubilación demorada) según tus circunstancias. Te explicamos ambos casos:

Jubilación anticipada: retirarte antes de la edad legal

Si sueñas con dejar el trabajo un poco antes de la edad ordinaria, existe la posibilidad de la jubilación anticipada. Veamos en detalle las diferentes opciones que existen/tienes para jubilarte de forma anticipada:

Jubilación anticipada voluntaria

Puedes acceder hasta 2 años antes de tu edad legal de jubilación. Esto significa que, por ejemplo, en 2025 podrías jubilarte a los 63 años si tu edad legal es de 65 años.  Eso sí, necesitas haber cotizado al menos 35 años, con 2 de ellos en los últimos 15, y que la pensión que te quede sea superior a la mínima legal. Al jubilarte antes, tu pensión será más baja de forma permanente, ya que se te aplicará una reducción que va del 13 % al 21 %, según los años que hayas cotizado. Cuanto más hayas trabajado, menor será la penalización.

La jubilación anticipada en números:

Pensión por jubilación media: 1.505 €

Jubilación anticipada con coeficiente reductor mínimo (-13 %): 1.309 €

Jubilación anticipada con coeficiente reductor mínimo (-21 %): 1.188,95 €

Jubilación anticipada involuntaria

Si las circunstancias te obligan a dejar el trabajo (por ejemplo, un despido objetivo, un ERE o el cierre de tu empresa) existe la jubilación anticipada por causa no voluntaria. En este caso, se permite adelantar la jubilación hasta 4 años antes de la edad legal ordinaria, por lo que algunas personas podrían jubilarse incluso a los 61-63 años. Para ello necesitas al menos 33 años cotizados y estar apuntado al paro. La pensión será algo más baja, pero la reducción es menor que si te jubilas antes por decisión propia.

Jubilación parcial

Más que una anticipación total, se trata de una fórmula de transición. La jubilación parcial permite, a cierta edad, reducir tu jornada de trabajo y comenzar a cobrar una parte de la pensión proporcionalmente. Es una forma de ir acostumbrándote a la jubilación trabajando menos horas y, por el otro lado, seguir cotizando un poco para el mañana.

Incluso después de jubilarte, aún puedes cambiar de idea. Con la jubilación flexible es posible volver a trabajar a tiempo parcial y cobrar una parte proporcional de la pensión mientras mantienes esa actividad laboral.

En cualquier caso de jubilación anticipada, asesórate bien y planifica. Adelantar tu retiro puede ser muy atractivo (¿quién no querría tener más tiempo libre cuanto antes?), pero asegúrate de que tu pensión resultante te permitirá vivir cómodamente.

Jubilación demorada: trabajar más años a cambio de una pensión mayor

Ahora hablemos del extremo opuesto. La jubilación demorada es la opción de seguir trabajando después de haber alcanzado la edad legal para retirarse. En lugar de solicitar la pensión en ese momento, decides posponerla voluntariamente. La Seguridad Social ofrece incentivos muy interesantes por cada año que retrases tu retiro. Actualmente, puedes elegir entre tres tipos de beneficios:

Porcentaje adicional en tu pensión

Te aumentan un 4 % la pensión por cada año completo extra que trabajes después de tu edad ordinaria de jubilación. Este plus se aplicará de por vida en tu paga mensual. Por ejemplo, si te correspondía una pensión de 1.000 € al mes y demoras un año, pasaría a 1.040 € al mes de por vida; si demoras dos años, alrededor de 1.080 € (+8 %), etc.

Pago único (cheque) por cada año retrasado

En vez de aumentar el porcentaje mensual, puedes optar por recibir un pago a tanto alzado cuando finalmente te jubiles. La cantidad depende de tus años cotizados y de cuántos años pospusiste la jubilación. Aproximadamente, por cada año de demora podrías recibir del orden de 7.000 € a 10.000 € (e incluso más si tuviste cotizaciones altas).

Fórmula mixta

Combina las dos anteriores. Por un lado recibes la mitad en aumento porcentual y, por el otro, mitad en cheque por los años retrasados. Es decir, un poco más de paga mensual y un pago único. Esta opción híbrida está pensada si retrasas entre 2 y 10 años tu jubilación, de forma que puedas beneficiarte de ambas vías a la vez.

Estos incentivos han mejorado recientemente para fomentar que quien quiera (y pueda) siga activo más tiempo. De hecho, desde 2025 se han incrementado los beneficios por demora: se añade un 2 % extra por cada semestre adicional a partir del segundo año de retraso. En todo caso, trabajar más allá de la edad de jubilación es voluntario. Si te encanta tu trabajo, o te ves con fuerzas y prefieres aumentar tu pensión, esta es tu opción.

Planificación financiera previa a la jubilación: prepárate económicamente

La jubilación suele implicar un cambio en tus ingresos. Pasas de recibir un sueldo a vivir fundamentalmente de tu pensión, que en muchos casos será menor que tu salario anterior. Por eso, una transición tranquila al retiro requiere algo de planificación financiera. Aquí van algunos consejos para que tus finanzas estén saneadas y listas cuando cuelgues el uniforme de trabajo:

Haz un presupuesto y un plan de ahorro

Si aún te faltan unos años para jubilarte, este es el momento de ajustar cuentas. Calcula aproximadamente con cuánto ingreso contarás y cuánto gastarás al jubilarte. Algunos gastos pueden bajar (ya no tendrás desplazamientos diarios al trabajo, por ejemplo), pero otros pueden subir como en temas de ocio, viajes, etc.

Lo ideal es que adaptes tus gastos al futuro ingreso. Si ves que la pensión cubrirá justito tus gastos actuales, trata de reducir gastos superfluos y ahorrar la diferencia mientras sigues en activo. Comprobar tus ahorros para la jubilación te dará tranquilidad.

Elimina o reduce deudas pendientes

En la medida de lo posible, entra en la jubilación con las mínimas deudas. Si tienes hipoteca, préstamos personales, etc., plantéate amortizarlos anticipadamente. La planificación financiera bien hecha te ayuda a crear un fondo de emergencia para eventualidades.

Prepárate para imprevistos: ahorro, inversión y protección ante imprevistos

Aparte de complementar la pensión pública con productos como planes de pensiones, PIAS, fondos de inversión o seguros de jubilación, conviene tener un fondo de emergencia que cubra varios meses de gastos. Este fondo debe usarse solo en situaciones urgentes, como averías o gastos médicos no cubiertos. Además, revisa tus seguros (salud, hogar, decesos) para contar con la cobertura adecuada. Aunque los beneficios fiscales han bajado, estos instrumentos siguen siendo útiles para fomentar el ahorro, garantizar estabilidad en el retiro y tener en cuenta los imprevistos.

Diversifica tus fuentes de ingreso

Piensa en qué otros activos o ingresos tendrás en la jubilación: ¿Tienes una vivienda adicional que podrías alquilar para obtener renta? ¿Cuentas con ahorros en depósitos o acciones que te generen intereses o dividendos? Cualquier ingreso extra aliviará la dependencia de la pensión. Eso sí, evalúa bien el esfuerzo versus el beneficio.

Guía práctica de trámites y preparativos para jubilarse paso a paso

Pasar del mundo laboral a la jubilación es un proceso importante que debe realizarse con la máxima calma y planificación. Para ayudarte en esta etapa, hemos preparado una guía práctica con los pasos esenciales que conviene seguir, desde varios meses antes de retirarte hasta el momento en que cobras tu primera pensión. La idea es que puedas organizar todo con tiempo y disfrutar esta nueva etapa con la seguridad de haber hecho bien las cosas. ¡Toma nota!

Guía práctica de trámites y preparativos para jubilarse paso a paso

1. Infórmate y verifica tu fecha de jubilación

Lo primero es tener clara la fecha en que podrás jubilarte (y en la que deseas hacerlo). Consulta tu vida laboral para saber cuántos años tienes cotizados y confirma tu edad legal de jubilación. Verifica si cumples los requisitos para jubilarte anticipadamente o si prefieres esperar para cobrar más. Fija una fecha y, si tienes dudas, pide ayuda en la Seguridad Social.

Tip financiero

Revisa tu informe de vida laboral antes de jubilarte. Este documento oficial detalla todos tus años cotizados y bases de cotización año por año. Puedes obtener tu vida laboral al instante mediante SMS o en la Sede Electrónica de la Seguridad Social. Con esos datos en mano, podrás verificar que cumples los requisitos y conocer tu base de cotización promedio.

2. Calcula tu pensión estimada y haz cuentas

Unos meses antes de jubilarte, es fundamental saber cuánto cobrarás aproximadamente, para preparar tu economía. Con esa cifra estimada en mano, revisa tu presupuesto personal: ¿podrás cubrir tus gastos mensuales con la pensión? Si ves que puede ir justo, quizás estos últimos meses conviene ahorrar un extra, o planear alguna actividad remunerada parcial en jubilación, etc. Por ejemplo, si el simulador indica que tu pensión será de 1.200 € y actualmente tu salario era de 1.600 €, sabes que tendrás que ajustarte a unos 400 € menos al mes, o tirar de ahorros. ¡Mejor anticiparse a los retos financieros y adaptarse gradualmente!

3. Planifica la transición con tu empresa 

Si eres trabajador por cuenta ajena y vas a retirarte voluntariamente, avisa con tiempo en tu empresa de tu intención de jubilarte (comunicarlo con uno o dos meses de antelación es cortés). Legalmente, si es jubilación voluntaria, se suele equiparar a una baja voluntaria.

Si estás percibiendo el paro y ves que cumplirás la edad de jubilación en breve, también tenlo en cuenta: la Seguridad Social permite solicitar la jubilación hasta 3 meses antes de que se te acabe el paro para hilar un beneficio con el otro. En cambio, si no trabajas ni cobras prestación, solo podrás pedir la jubilación cuando alcances la edad exigida.

4. Reúne la documentación necesaria

Los trámites de jubilación requieren presentar cierta información, así que conviene tenerla preparada. ¿Qué papeles te van a pedir? Principalmente:

  • Tu documento de identidad (DNI o NIE) y número de Seguridad Social.
  • Tu número de cuenta bancaria (IBAN) donde quieres que te ingresen la pensión.
  • El formulario de solicitud de jubilación cumplimentado. Este formulario oficial lo puedes descargar de la web de la Seguridad Social o te lo facilitan en la oficina.
  • Si la jubilación es anticipada involuntaria, te pueden pedir documentación que acredite la causa (carta de despido, certificado de empresa del cese por ERE, etc.) y datos del subsidio por desempleo agotado, etc.
  • En algunos casos, podrías tener derecho a complementos en la pensión, por ejemplo si tienes un cónyuge a cargo. Para estos trámites, se requerirá documentación adicional.
    • Libro de familia o certificado de matrimonio, solo en caso de que solicites complementos por cónyuge a cargo o similares (o si enviudasen y lo ligas, etc.).
  • Si has trabajado en varios países, documentación de esos periodos en forma de formularios de convenios internacionales.

En general, la Seguridad Social ya tiene casi todo en sus sistemas (tus cotizaciones, situación, etc.), por lo que no suelen pedirte tu vida laboral ni certificados de empresa para la jubilación ordinaria si has desarrollado tu actividad únicamente en España. Pero no está de más tenerlos a mano por si hubiera que aclarar algo.

5. Presenta la solicitud de jubilación

Ha llegado el momento clave: solicitar formalmente tu pensión. Tienes dos vías principales:

Por internet

La Seguridad Social ofrece la posibilidad de tramitar la jubilación telemáticamente, sin tener que desplazarte ni pedir cita. A través de su portal Tu Seguridad Social o de la Sede Electrónica, en el apartado de “Pensión de Jubilación”.

Si tienes certificado digital, DNI electrónico o Cl@ve, simplemente te identificas y sigues los pasos. El sistema te guiará para rellenar los datos y adjuntar la documentación necesaria. Deberás firmar electrónicamente la solicitud.

Si no tienes certificado digital, ¡no te preocupes! Existe una vía llamada “Plataforma sin certificado”: básicamente rellenas el formulario online, te identificas sacándote un selfie con tu DNI a través de la cámara del móvil u ordenador y dibujas tu firma en la pantalla. La ventaja de hacerlo online es que evitas esperar y puedes hacerlo a cualquier hora.

Presencialmente en las oficinas

Si prefieres el trato personal o te sientes más cómodo entregando papeles en mano, puedes solicitar tu jubilación en un Centro de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS), es decir, una oficina del INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social). Para ello, necesitas pedir cita previa. Se puede pedir por teléfono (901 10 65 70 o el fijo alternativo de la provincia) o por internet en seg-social.es. El día de la cita, acudes con tu documentación y allí un funcionario revisará todo y cursará la solicitud. Te darán un resguardo conforme has presentado la petición.

¿Cuándo presentar la solicitud?

La Seguridad Social permite hacerlo hasta 3 meses antes de la fecha en que cesas en el trabajo o cumples la edad de jubilación. No antes (no vale solicitar con un año de antelación), pero tampoco es necesario apurar hasta el último día. Lo recomendable es iniciar el trámite unas semanas antes de tu fecha de jubilación para que dé tiempo a resolver y que no haya retrasos en el cobro. Si, por lo que sea, lo presentas más tarde, no pierdes el derecho: en general te pagarán retroactivo desde el día siguiente al cese. Pero si dejas pasar más de tres meses, podrías perder derechos económicos de los meses que tardaste de más, así que mejor no dejarlo pasar. Si te retrasas más de tres meses, solo te pagarán con efecto retroactivo hasta tres meses atrás, y perderás el cobro de las mensualidades anteriores y sus pagas extra proporcionales.

En la solicitud te preguntarán la fecha de efectos de la jubilación, que normalmente será el día siguiente a tu cese laboral (o el mismo día de tu cumpleaños si es por edad). Si estabas cobrando el paro, y pides la jubilación tres meses antes de que acabe, la fecha de efectos será el día siguiente a acabar el paro, para que empalme.

¿Qué pasa después de presentar la solicitud?

Una vez presentada la solicitud, la Seguridad Social se toma un tiempo para resolverla. Por ley pueden tardar hasta 90 días, pero en la práctica suelen resolver en un plazo de 2 a 6 semanas aproximadamente. Si todo está correcto, emitirán una resolución aprobatoria de tu pensión, indicando la cuantía que te corresponde, la fecha de efecto y desglose de cálculos. Esta notificación te llegará por correo postal a tu domicilio. También puedes consultar el estado de tu solicitud en el portal o app de la Seguridad Social. Una vez aprobada, empezarás a cobrar tu pensión.

Las pensiones se pagan mensualmente, generalmente el primer día hábil de cada mes. Tu primera paga de jubilación llegará el mes siguiente a tu fecha de jubilación. Las pagas extraordinarias se abonan en junio y noviembre (salvo que tu pensión venga con prorrateo mensual).

En raros casos, la pensión puede ser denegada (por ejemplo, si al final no cumplías los 15 años cotizados). Si sucede, siempre puedes pedir una revisión o aportar nuevos datos e incluso recurrir legalmente. Pero vamos, si has seguido los pasos y cumples condiciones, lo normal es que todo vaya bien.

Cuando tengas tu resolución favorable, ya serás oficialmente pensionista. A partir de aquí tu condición pasa de trabajador en activo a jubilado y tu ingreso principal cambia de ser el sueldo para ser la pensión. Recibirás una tarjeta sanitaria como pensionista y podrás acceder a descuentos o ventajas para mayores en transporte, ocio, viajes, etc. Disfruta ese momento, que para eso lo has ganado con tu trabajo de años.

Cómo calcular tu pensión pública de jubilación

La pensión pública de jubilación en España se calcula en base a tus cotizaciones a la Seguridad Social a lo largo de la vida laboral. Aunque los cálculos precisos son algo complejos, puedes obtener una estimación de la siguiente manera:

El cálculo básico de la pensión

Para cada nuevo jubilado, la Seguridad Social determina una cifra llamada Base Reguladora, que esencialmente es el promedio de tus bases de cotización (tus salarios cotizados) de los últimos años. Para quienes se jubilen en 2025, se toman los últimos 25 años cotizados (300 meses) para hallar la base reguladora. Se suman todas tus bases mensuales de cotización de esos 25 años y se dividen entre 350, ya que se añaden pagas extra prorrateadas en el cálculo (25 años = 300 meses, + 50 pagas extra = 350). Además, las cotizaciones antiguas se actualizan con la inflación al valor actual, para que no se penalice el haber cobrado sueldos más bajos décadas atrás. El resultado de esa división es tu base reguladora mensual.

Una vez tienes la base reguladora, se le aplica un porcentaje en función de tus años cotizados en total. Aquí es donde entra el famoso “100 % de la pensión”. No todo el mundo cobra el 100 % de su base reguladora; solo lo logran quienes han cotizado lo suficiente. La ley marca que con el mínimo de 15 años cotizados tendrás derecho aproximadamente al 50 % de la base reguladora. A partir de ahí, por cada mes o trimestre adicional cotizado, ese porcentaje va subiendo. La escala es progresiva: cada mes cuenta para acercarte al 100 %.

Supongamos que tu base reguladora ha salido 1.200 € mensuales. Si has cotizado 15 años, tu pensión inicial sería el 50 %, o sea 600 € al mes. Si cotizaste 30 años, rondarías el 90 %, es decir 1.080 € al mes. Y con 37 años cotizados, te llevarías el 100 %, 1.200 € al mes (en importe bruto, antes de IRPF). Estos números son ilustrativos; la Seguridad Social calcula el porcentaje exacto según tu historial.

A ese cálculo básico pueden añadirse complementos o ajustes en casos particulares: por ejemplo, complementos por brecha de género (si eres madre y tus pensiones son bajas), complementos a mínimos (si tu pensión es muy baja y no tienes otros ingresos, el Estado te la sube hasta un mínimo) etc.

Penalizaciones o aumentos según la edad de retiro

Ten en cuenta que lo explicado anteriormente asume que te jubilas a la edad ordinaria. Si te jubilas anticipadamente, tu porcentaje se ajustará a la baja por los coeficientes reductores. La Seguridad Social primero calcula tu pensión teórica a la edad ordinaria y luego le aplica el factor reductor por haberte retirado antes. Por el contrario, si te jubilas más tarde, primero calcularía tu pensión base al 100 % y luego le sumaría el porcentaje extra o el pago único que corresponda por los años trabajados de más. De cualquier modo, cuando recibas tu carta de pensión, vendrán todos estos cálculos desglosados.

Herramientas para calcular tu pensión

No hace falta que te rompas la cabeza con fórmulas, en el portal de la Seguridad Social puedes consultar tu vida laboral y simular tu futura pensión con tus datos reales. Este simulador de jubilación te permite estimar la pensión que te correspondería según tu situación actual e incluso probar distintos escenarios. Te dará el resultado para las tres opciones: jubilación ordinaria, anticipada o demorada, incluyendo el cálculo de incentivos por retraso, si los hubiera.

¿Qué pensión te corresponde al jubilarte? 

En España existen dos grandes tipos de pensiones de jubilación: contributivas y no contributivas. La distinción es fundamental:

Pensión contributiva de jubilación

Es la pensión de jubilación a la que tienes derecho si has cotizado al menos 15 años. La cantidad que cobrarás depende de lo que hayas cotizado. En 2025 la media ronda los 1.500 € al mes, con mínimos y máximos establecidos. Si tu pensión es baja y no tienes otros ingresos, el Estado te la completa hasta un mínimo. Por ejemplo, en 2025 la pensión mínima con cónyuge a cargo es de unos 1.100 € mensuales, y sin cónyuge de unos 850 €. Se cobra de por vida en 14 pagas al año y se actualiza cada año con la subida del IPC.

Pensión no contributiva de jubilación

La pensión no contributiva es una ayuda para mayores de 65 años que no han cotizado lo suficiente y no tienen ingresos. Para solicitarla debes vivir en España al menos 10 años y tener rentas inferiores a 7.905,80 € al año (en 2025). La pensión completa es de 564,70 € al mes, pero puede ser menor si tienes otros ingresos o convives con familiares. Se solicita en los Servicios Sociales de cada comunidad, se paga en 12 mensualidades y se actualiza cada año.

Jubilarse paso a paso no es solo un trámite administrativo, sino una de las decisiones más importantes de tu vida. Con algo de planificación, una buena gestión de tu dinero y los recursos adecuados, puedes transformar este cambio en una oportunidad para ganar tiempo, tranquilidad y control sobre tu futuro. Al final, es tu momento: disfrútalo como te mereces, con la confianza de saber que cada decisión tomada hoy te permitirá vivir mejor mañana. Porque después de una vida trabajando, lo mínimo es que el retiro llegue con certezas… no con sorpresas.

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