Cómo funcionan las plataformas de inversión inmobiliaria con poco dinero
El propósito de estas plataformas de inversión inmobiliaria es poner a disposición de pequeños inversores una selección de proyectos interesantes con el fin de captar dinero para su desarrollo, reforma o comercialización del inmueble y obtener un interesante retorno con él. Y aunque el éxito de unas u otras es variable, por lo general las plataformas serias lucharán por ofrecer los proyectos que ofrezcan mayores rentabilidades y les permitan forjarse una mejor reputación.
Para ello, su modus operandi suele ser similar. Por lo general, todas basan su búsqueda en los siguientes tres puntos:
- Solidez del promotor inmobiliario: Aquí se tiene en cuenta su experiencia e historial en el sector de la construcción, estructura y equipo, acceso a financiación, estado del proyecto y precios de venta.
- Estado administrativo del proyecto: En este apartado se evalúan plazos y su viabilidad, licencias de obras, trámites administrativos, etc.
- Viabilidad del proyecto: Por último, se estudia en profundidad que el proyecto es asumible tanto a nivel presupuestario, administrativo (es decir, que no se vislumbren posibles problemas con, por ejemplo, el ayuntamiento) y, por supuesto, técnico. Esto suele incluir la visita y supervisión del inmueble o las obras que se pudieran estar llevando a cabo.
Con toda esta información, lo más común es que se reúna un comité de inversores con el fin de dar luz verde o declinar el proyecto. Como detalle, no está de más saber que este proceso debe resolverse, por lo general, por unanimidad. Es decir, que todo el comité debe estar de acuerdo con la inversión antes de dar el proyecto de alta en la plataforma.
Una vez el proyecto está aprobado, es hora de buscar inversión a través de la suma de los pequeños ahorradores. Para ello, las Plataformas de Servicios de Financiación Participativas se basan en los ya conocidos crowdfunding y crowdlending. Seguramente ya estés relacionado con estos conceptos pero, por si las moscas, vamos a revisarlos en un momento.
Como seguro ya has visto con otros productos o ideas locas, las plataformas de crowdfunding están destinadas a captar microinversiones con el fin de alcanzar un objetivo global y realizar juntos operaciones que de forma individual serían inasumibles, financieramente hablando. Al igual que pasa con, por ejemplo, el nacimiento de nuevos juegos de mesa o gadgets de lo más variados en KickStarter, estas plataformas permiten crear, de la nada, una promotora inmobiliaria o acometer la compra y reforma de un inmueble antes de su venta. Además, la buena noticia es que todas las gestiones y burocracia que exige el proyecto son llevadas a cabo por sus responsables (y que, además, suelen ser sus inversores mayoritarios), por lo que no hay que preocuparse de nada más que de invertir.
Con el capital suficiente reunido, es momento de pasar al crowdlending, que es algo así como un préstamo colectivo. Esto hace referencia a que, una vez concretado el proyecto, los responsables serán los encargados de recoger y repartir equitativamente los beneficios según el capital aportado por cada inversionista.