El tenista italiano Jannik Sinner está siendo noticia estos días tras ser absuelto de un caso de dopaje. Un positivo en clostebol en el Masters de Indian Wells le llevó a devolver sus medallas y no poder viajar a París para los Juegos Olímpicos de este año. Sin embargo, tras el estudio de su caso se ha concluido que el tenista no era consciente de estar recibiendo la sustancia. Por eso, aunque no le serán devueltas las medallas, sí que podrá participar en otros campeonatos de tenis. De hecho, ya se encuentra en Nueva York compitiendo en el US Open. Su inocencia está siendo muy cuestionada en algunos sectores, como también lo fue en el pasado la de otros deportistas que aseguraron haberse dopado por accidente.

En el caso de Jannik Sinner, el clostebol, a niveles muy bajos, llegó a su sangre a través de la piel. El argumento en el que ha basado su defensa en todo momento es que su fisioterapeuta, Giacomo Naldi, había usado una crema con esta sustancia y, posteriormente, le había practicado un masaje a él sin usar guantes. Por este motivo, tanto el fisioterapeuta como el preparador físico, Umberto Ferrara, han sido despedidos por el tenista.

Dejando a un lado quién dice la verdad, lo cierto es que estos accidentes ocurren. De hecho, a lo largo de la historia del deporte ha habido muchos casos de deportistas que se han dopado sin saberlo. O eso dicen. A veces, pasaba porque eran sus entrenadores o preparadores físicos quienes les dopaban sin que ellos lo supieran. En otras ocasiones, porque tomaban tratamientos que no sabían que podrían considerarse dopaje. Incluso hay algunos casos especialmente curiosos, como el dopaje al beber del vaso de otra persona o al tomar un burrito. Jannik Sinner no está solo. Estos son algunos ejemplos.

Kamila Valieva y el vaso de agua de su abuelo

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Kamila Valieva

En 2022, la patinadora rumana Kamila Valieva hizo historia con un salto cuádruple perfectamente ejecutado en los Juegos de Beijing. 

Estuvo a punto de no competir, pues poco antes había dado positivo en dopaje por trimetazidina, un fármaco que aumenta el flujo sanguíneo en el corazón y suele pautarse como tratamiento adicional para personas con angina de pecho. La joven patinadora negó en todo momento haber tomado deliberadamente esta sustancia. 

Los responsables de la investigación de su caso descubrieron que su abuelo toma este fármaco para el corazón y que, posiblemente, había llegado a la sangre de Valieva después de que esta compartiese un vaso de agua con él. Esta conclusión pareció convincente para el Comité Olímpico Internacional (COI) pues finalmente se le permitió competir en la capital china.

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