En los barrios más adinerados de España, el sueldo ya no es la principal fuente de ingresos. Mientras en las zonas de clase media y trabajadora más del 80 % de la renta procede del trabajo, en las áreas más ricas el peso de la nómina cae por debajo del 65 %.

Los datos presentados por la Agencia Tributaria dibujan dos economías que comparten ciudad, pero no las mismas reglas del juego: uno de los grupos cuenta con un amplio margen para la inversión mientras que el otro limita gran parte de sus ingresos al salario.

Dos Españas en las ciudades

La última estadística de declarantes del IRPF por código postal, publicada por la Agencia Tributaria con datos de 2024, revela un patrón nítido: a medida que aumenta la renta media de un barrio, desciende el peso del salario en los ingresos de sus vecinos.

En los códigos postales con rentas medias inferiores a 25.000 euros, el trabajo aporta más del 80 % de los ingresos. Por el contrario, en los barrios más ricos, donde las rentas superan los 100.000 euros, esa proporción no supera el 65 %. En seis de ellos, incluso cae por debajo del 50 %.

El contraste se percibe con mayor claridad en las ciudades. Por ejemplo, en Valencia, el barrio de Sant Pau-Benimàmet obtiene el 83 % de su renta del trabajo, mientras que en el adinerado Pla del Remei ese peso se desploma al 43 %, según un análisis publicado recientemente por El País.

Sueldos más altos, inversiones de capital

La estadística de la Agencia Tributaria permite ver qué fuentes sustituyen a la nómina cuando el trabajo deja de ser dominante, existiendo tres pilares que ganan protagonismo:

  • las rentas del capital (dividendos, intereses, alquileres o participaciones),
  • las actividades económicas (ingresos de autónomos o profesionales liberales),
  • y las ganancias patrimoniales (plusvalías por la venta de activos o inmuebles).

En barrios del Eixample y Sarrià-Sant Gervasi (la calle Muntaner o el barrio de Pedralbes, por ejemplo), en Barcelona, o Salamanca–Goya (Madrid), el capital representa más del 25 % de los ingresos declarados, mientras que las plusvalías o beneficios empresariales completan otra parte significativa.

Dicho de otro modo, a partir de cierto umbral de renta, el dinero ya no proviene del trabajo sino del patrimonio. Las cifras confirman una tendencia de fondo: una patrimonialización progresiva de la renta. Cuanto mayor es el nivel de ingresos, más peso adquieren los activos financieros e inmobiliarios en la composición de la riqueza.

Peso Trabajo Rentas
Peso Trabajo Rentas

Según los datos de la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España, el 10 % de los hogares con mayor patrimonio concentra más de la mitad de la riqueza financiera del país

En esos hogares, la proporción de activos como acciones, fondos o depósitos es muy superior a la media nacional, mientras que en los estratos medios y bajos predomina la vivienda habitual y los ingresos proceden casi íntegramente del trabajo o de las pensiones.

En términos urbanos, esto se traduce en dos modelos que conviven en una misma ciudad: la economía del salario mensual frente a la del rendimiento del patrimonio.

Madrid, Barcelona y Valencia

Si observamos algunos de los barrios de las principales ciudades de España podemos ver esa dinámica con claridad. En Madrid, por ejemplo, los barrios de Vallecas, Moratalaz o Carabanchel superan el 80 % de ingresos procedentes del trabajo; en cambio, Salamanca, Chamartín o La Moraleja se mueven entre el 50 % y el 55 %.

Peso Trabajo Madrid
Peso Trabajo Madrid

En Barcelona, el patrón se repite: en muchos barrios del Ensanche y Pedralbes, el capital y las plusvalías aportan cerca de un tercio de los ingresos, mientras que Sants o Sant Andreu siguen siendo zonas de renta, principalmente, vinculadas al trabajo.

Por último, en Valencia la brecha es aún más pronunciada: Pla del Remei y Massarrochos-Santa Bárbara concentran rentas de capital y beneficios patrimoniales, frente a Benimàmet o Campanar, donde el salario explica prácticamente toda la renta declarada.

El círculo del capital

En los barrios donde el salario representa casi toda la renta, la capacidad de ahorro y de inversión es mínima. La Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España confirma que menos del 30 % de los hogares de renta baja logra ahorrar cada año, frente a más del 80 % en los tramos altos.

En las zonas más prósperas, ese ahorro se reinvierte en activos financieros e inmobiliarios que generan nuevas rentas del capital. El resultado es un círculo de acumulación en la parte alta y, a la vez, un círculo vicioso de dependencia del salario en la base.

Peso Trabajo Bcn
Peso Trabajo Bcn

Esa diferencia en la composición del ingreso explica por qué, incluso en épocas de crecimiento del empleo o de subidas salariales, la brecha de riqueza continúa ampliándose: la desigualdad ya no se mide solo en los euros de la nómina, sino en activos que producen más dinero por sí mismos.

En conclusión, el trabajo sigue siendo el motor económico de la mayoría de los españoles, pero el capital es (y hoy más que nunca) la clave de la clase alta

La estadística fiscal por códigos postales no solo refleja cuánto se gana, sino cómo se gana: a golpe de nómina o de rendimiento del patrimonio. Y es en esa diferencia donde se dibuja la frontera más invisible (y determinante) de la desigualdad en España.

Gráficos: El País

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