Sin duda, los agujeros negros se han convertido en los grandes protagonistas de las noticias más punteras sobre astronomía. Desde que se fotografiaron por primera vez, no han parado de surgir nuevas y grandes noticias sobre ellos. Muchas cuestiones que parecían imposibles se han acabado demostrando, por lo que podemos soñar a lo grande. Por ejemplo, sería maravilloso captar la explosión de un agujero negro por primera vez.
Hasta hace poco se pensaba que son fenómenos que ocurren cada 100.000 años. Mucha suerte tendríamos que haber tenido para captar uno. Sin embargo, un nuevo estudio, publicado por científicos de la UMass Amherst, demuestra que, quizás, los plazos podrían ser muchísimo más cortos, de aproximadamente 10 años. Eso puede brindar no solo una, sino muchas oportunidades para que las generaciones actuales de astrónomos puedan presenciarlo.
Si realmente se consiguiera captar la explosión de un agujero negro se alcanzarían muchos grandes hitos. Se demostraría la existencia de un tipo de agujero negro conocido como agujero negro primordial, se le daría la razón a Stephen Hawking en otra más de sus hipótesis sobre estos fenómenos y, por si eso fuese poco, tendríamos ante nosotros todo un muestrario de las partículas que componen el universo.
¿Cómo se produce la explosión de un agujero engro?
Un agujero negro es una región del espacio cuya masa genera tal atracción gravitatoria que nada puede escapar de él. Ni siquiera la luz. Pero no solo tragan partículas. En 1974, Stephen Hawking calculó que, debido a ciertos efectos cuánticos, los agujeros negros también deben emitir partículas. Esto haría que, lejos de crecer cada vez más, se vayan encogiendo muy poco a poco, hasta llegar a una masa mínima en la que el agujero negro colapsaría y moriría tras una gran explosión. La suma de esas partículas liberadas desde el agujero negro fue bautizada como radiación Hawking.


El tamaño sí importa
Los agujeros negros cuya existencia se ha demostrado hasta ahora suelen ser estelares. Normalmente su masa se calcula en base a una estrella de referencia, como nuestro Sol. Hablamos de agujeros negros de 5 masas solares o 5 veces la masa del Sol, por ejemplo. También hay agujeros negros supermasivos, mucho más grandes que esos. Ni unos ni otros explotarán pronto. Su vida es larguísima, porque tienen mucha masa que perder antes de colapsar.
Sin embargo, hace tiempo que se ha teorizado sobre la existencia de un tercer tipo de agujero negro, conocido como agujero negro primordial. Estos se habrían formado alrededor del Big Bang y tendrían una masa del orden de asteroides en vez de soles.
Entonces, ¿su explosión sí podríamos verla?
En el estudio que se acaba de publicar se han hecho simulaciones para comprobar cuándo se daría la explosión de uno de estos agujeros negros primordiales. La primera conclusión fue que, dado su tamaño y su antigüedad, ya deberían haber explotado todos. Sin embargo, si se añade a la simulación la presencia de una partícula muy rara conocida como electrón oscuro, la cosa cambia.
Del mismo modo que la materia oscura, los electrones oscuros están envueltos en misterio. Se sabe poquísimo sobre ellos. Solo que son más pesados y sus patrones de movimiento siguen reglas totalmente distintas a las de los electrones convencionales. Hasta hace poco eran partículas hipotéticas. Sin embargo, algunas mediciones realizadas en los últimos años apuntan a que existen de verdad. Si así fuese y formasen parte de los agujeros negros primordiales, llegaría un punto en el que la radiación de Hawking se pausaría termporalmente. Como resultado, se atrasaría el momento de la explosión.


Si esto es cierto, estos científicos calculan que podría darse la explosión de un agujero engro en la próxima década. Hay un 90 % de probabilidad de que ocurra, según sus cálculos. Además, sería fácil de detectar con los observatorios actuales de rayos gamma. Se sabe que un agujero negro es más caliente cuando es más ligero. Por lo tanto, a medida que van perdiendo partículas y reduciendo su tamaño serían más calientes y fáciles de detectar.
Explotarían como una caja llena de botones, liberando todas las partículas conocidas y desconocidas del universo. Sería una ocasión única para conocer mejor de qué está hecho todo ese espacio en el que apenas somos un grano de arena. Pero, además, se confirmarían tanto la existencia de los agujeros negros primordiales como todo lo relacionado con la radiación de Hawking. Si explota, va a ser una de las noticias más impactantes de los últimos tiempos.