Las startups europeas de tecnología militar viven un momento único e histórico. El prolongado conflicto en Ucrania y el viraje político de Estados Unidos han alterado el equilibrio de la defensa global, empujando al continente europeo a reforzar su autonomía estratégica.

Estas empresas emergentes están logrando atraer capital a un ritmo sin precedentes, transformando eso sí la manera en la que Europa concibe la innovación aplicada a la seguridad y la defensa.

Lo que hace apenas unos años parecía un nicho residual, dominado por corporaciones estadounidenses y contratistas tradicionales, hoy se ha convertido en un ecosistema en pleno auge.

Los inversores de capital riesgo han multiplicado su interés por las startups europeas de tecnología militar, convencidos de que en este sector se juega buena parte del futuro de la soberanía tecnológica y de la capacidad defensiva de la región.

La guerra como catalizador económico

El conflicto que estalló en febrero de 2022 lleva ya más de 1.290 días activos, y lejos de resolverse, ha acelerado la percepción de vulnerabilidad en Europa.

La invasión rusa ha expuesto debilidades estructurales en la arquitectura defensiva del continente y ha provocado que los gobiernos exijan mayor autonomía tecnológica.

Este contexto ha impulsado que las startups europeas de tecnología militar reciban un respaldo financiero que habría sido inimaginable en 2020, cuando apenas captaron 30 millones de euros en rondas de financiación.

Hoy, la situación es radicalmente distinta. Según datos de PitchBook citados por el Financial Times, desde el inicio de la guerra las startups del sector han recaudado 2.400 millones de euros, con 1.400 millones solo en los primeros siete meses de 2025.

Este salto cuantitativo refleja, por tanto, tanto la urgencia del momento como la creciente confianza en que estas compañías están desarrollando soluciones innovadoras que pueden marcar la diferencia en el campo de batalla.

El factor estadounidense tiene mucho que ver

La política exterior de Washington también ha contribuido a este fenómeno. Mientras Donald Trump insiste en que ha sido el artífice de un supuesto proceso de paz, la realidad es que sus declaraciones y la falta de compromiso claro con la OTAN han despertado dudas sobre la solidez de la alianza transatlántica.

El discurso de JD Vance, vicepresidente de Estados Unidos, durante la conferencia de seguridad de Múnich fue interpretado en Europa como una advertencia: la dependencia tecnológica de un socio poco predecible puede resultar demasiado arriesgada.

A partir de ese momento, los principales fondos de capital riesgo comenzaron a valorar la tecnología militar europea como un terreno fértil para la inversión.

Mikolaj Firlej, socio general de Expeditions Fund, explicó recientemente que lo que antes era un espacio reservado a un puñado de firmas ahora se ha convertido en una oportunidad de gran proyección, con fondos de primera línea que reconocen la importancia estratégica de esta industria.

Estos son los nuevos gigantes en tecnología militar

Las startups europeas de tecnología militar no solo están atrayendo capital, también están alcanzando valoraciones inéditas.

Tres de ellas —Helsing, Quantum Systems y Tekever— han logrado el estatus de unicornio al superar los 1.000 millones de euros de capitalización.

Estas compañías se han especializado en drones autónomos, software de inteligencia artificial aplicada al campo de batalla y sistemas de vigilancia aérea, elementos que resultan cruciales en conflictos modernos como el de Ucrania.

Alemania se ha convertido en el epicentro de esta nueva ola. Como mayor economía del continente y segundo proveedor de apoyo militar a Ucrania después de Estados Unidos, Berlín ha respaldado con préstamos y ayudas un ecosistema que hoy lidera la captación de fondos.

Helsing, con sede en Múnich, ha sido una de las más beneficiadas, pero no es la única. Swarm Biotactics, por ejemplo, desarrolla cucarachas controlables equipadas con sensores y minimochilas capaces de infiltrarse en espacios inaccesibles para llevar a cabo tareas de vigilancia encubierta.

Un sector en plena transformación

El interés de los inversores también se explica por el tipo de productos que estas empresas están desarrollando. Desde minisubmarinos no tripulados hasta drones de largo alcance y sistemas de inteligencia artificial para coordinar operaciones, las startups europeas de tecnología militar están construyendo un catálogo de soluciones versátiles que podrían redefinir la defensa en los próximos años.

Este cambio es sinónimo de una transición hacia la guerra tecnológica, donde la innovación, la rapidez y la autonomía pesan tanto como la capacidad de despliegue militar tradicional.

El auge de estas compañías también plantea preguntas sobre el papel de Europa en la industria global de defensa. Si en 2021 apenas lograban captar 150 millones de euros, hoy la cifra se multiplica por casi diez solo en un semestre de 2025.

Esto demuestra no solo un cambio coyuntural, sino un reposicionamiento estructural en el que el continente busca no depender de terceros para su seguridad.

La guerra en Ucrania, lejos de ser un conflicto aislado, se ha convertido en el motor de una transformación industrial que está reconfigurando la manera en que Europa piensa su defensa.

Imágenes | Pixabay, Instagram



Ver fuente