La conexión entre dinero y bienestar emocional
El dinero se conecta con el bienestar emocional de varias formas. Aunque suele decirse que no trae la felicidad, sí que contribuye a que tengas estabilidad en tu vida. Es decir, disfrutas de una cierta predictibilidad al tener un salario constante y cuentas con suficientes recursos como para hacer frente a las eventualidades.
Los problemas comienzan cuando la gestión y la planificación financiera que realizas no son las adecuadas. Esto lleva a que pierdas el control sobre los gastos o a endeudarte en exceso, lo que genera una sensación constante de inseguridad. Así, la incertidumbre se apodera de tu vida y caes tanto en el estrés como en la ansiedad, con todo lo que eso trae consigo.
Cuando se está estresado, las decisiones tienden a volverse impulsivas. En un primer momento, comienzas a realizar compras sin sentido que traen un alivio momentáneo. Sin embargo, a medio y largo plazo, el malestar se irá volviendo cada vez más intenso.
Además, el estrés asociado a tus finanzas termina por afectar a tus relaciones personales. Si estás en pareja, es probable que la comunicación sobre temas económicos se deteriore. Con el tiempo, aparecerán tensiones a la hora repartir responsabilidades, lo que hará que los conflictos se vuelvan frecuentes. Pero también se extenderá a tu entorno laboral, ya que te costará concentrarte, te sentirás agotado en lo emocional y tu productividad caerá.
Como ves, una mala gestión trae consigo no pocos efectos negativos. Pero ¿qué ocurre cuando administras bien tu dinero? Si cuentas con un presupuesto claro, unas metas de ahorro realistas y un fondo de emergencia, recuperas el control y traes estabilidad a tu vida. Estás listo para lo que el futuro te tenga preparado, tomas mejores decisiones y esto se nota en positivo en tu día a día y en tus relaciones personales.