Las inundaciones no son peligrosas solamente por los posibles ahogamientos. También siguen siendo un peligro para quienes las sufren durante los días posteriores. Básicamente, hasta que se logra sanear la zona. Y es que, cuando parece que ha llegado la calma meteorológica, empieza el turno de las enfermedades. Estos días se ha avisado a los afectados y voluntarios que limpian las zonas inundadas por la DANA de Valencia para que utilicen medidas de protección frente a enfermedades causadas por aguas contaminadas.
Estas pueden ser muchísimas. Debemos tener en cuenta que se trata de aguas estancadas, en las que se han ido acumulando cadáveres en descomposición, tanto de animales como de humanos. Además, se han mezclado con aguas fecales y posiblemente estén contaminadas con productos químicos. El abanico de enfermedades causadas por estas aguas contaminadas es inmenso. Pero sí que hay algunas que, como norma general, suelen ser las más comunes en este tipo de circunstancias.
Es importante conocerlas por dos motivos. Por un lado, para entender cómo se transmiten y, como consecuencia, buscar formas de prevenirlas. Y, por otro, para detectar los síntomas cuanto antes. No es fácil que haya una epidemia, como ya se ha hablado, pues la mayoría de estas enfermedades no se transmiten de persona a persona. Pero sí que pueden enfermar individualmente muchísimas personas.
Enfermedades causadas por aguas contaminadas
Las enfermedades causadas por aguas contaminadas son muy variadas. La mayoría afectan al sistema digestivo, pero también las hay que causan problemas respiratorios o incluso del sistema nervioso. Muchas se contraen por el consumo de esas aguas contaminadas o los alimentos que hayan estado en contacto con ellas, pero otras tantas pueden penetrar a través del sistema respiratorio, la piel o las heridas. Veamos cuáles son las más habituales.


Legionelosis o fiebre de Pontiac
Las bacterias del género Legionella proliferan muy bien en aguas sin clorar. Pueden contraerse sin necesidad de entrar en el agua. Basta con respirar salpicaduras o vapores contaminados. De hecho, son muy habituales en jacuzzis y sistemas de aire acondicionado.
También se han dado casos en inundaciones de todo el mundo. En algunas ocasiones se produce una enfermedad más leve, conocida como fiebre de Pontiac. Su tiempo de incubación es de entre unas horas y dos días y cursa como una gripe que se suele curar por sí sola en un máximo de 5 días.
Sin embargo, en algunos casos se produce una afección más grave, conocida como legionelosis. El tiempo de incubación es de 2 a 10 días y se caracteriza por síntomas como fiebre, cefaleas, malestar, diarrea, tos y, en los casos más graves, una neumonía que puede ser mortal.
Leptospirosis
La leptospirosis, causada por bacterias del género Leptospira, es también un clásico de las enfermedades causadas por aguas contaminadas, ya que se transmite a través de la orina de algunos animales, como las ratas.
Los primeros síntomas aparecen entre 2 y 30 días después del contacto con la bacteria. Todo empieza con una tos seca a la que siguen fiebre, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, diarrea y dolor muscular. Generalmente se cura sin problemas, pero en algunos casos puede complicarse y derivar en una meningitis que sí podría ser mortal.
Hepatitis A
Al contrario que otros virus de la hepatitis, este se contrae por vía fecal-oral. Es decir, por el consumo de agua o alimentos contaminados por heces de personas o animales infectados. Por eso, en situaciones de inundación, donde el saneamiento de las aguas brilla por su ausencia, puede transmitirse esta enfermedad.
Se caracteriza por una inflamación del hígado que provoca síntomas como fiebre, malestar, pérdida del apetito, diarrea, náuseas y color amarillento de la piel. Su tiempo de incubación es de 14 a 28 días y se suele curar sola, unas semanas o meses después. De hecho, no existe tratamiento, por lo que solo se puede hacer un seguimiento para controlar que no haya una insuficiencia hepática.


Enfermedades gastrointestinales
Lógicamente, las más comunes entre las enfermedades causadas por aguas contaminadas, son aquellas que afectan al sistema digestivo. Esto es así porque se suelen transmitir por vía fecal y en las inundaciones son habituales las aguas fecales.
En muchos casos se trata solo de unas leves molestias estomacales y algo de diarrea. Sin embargo, hay bacterias, como la Vibrio cholerae, causante del cólera, que pueden provocar diarreas acuosas tan intensas que, si no se tratan a tiempo, causan la muerte por deshidratación. También es grave en ese mismo sentido la disentería, causada por bacterias del género Shigella.
Patógenos que están en la tierra
Las personas afectadas por las inundaciones llevan muchos días limpiando barro de casas, calles y establecimientos. Por eso, no sería raro que contraigan patógenos característicos del suelo, cuando penetran a través de las heridas bacterias como la Clostridium tetani. Esta es la causante del famoso tétanos, una enfermedad que afecta al sistema nervioso, causando graves y dolorosos espasmos musculares. Estos son tan grandes que pueden incluso causar roturas de huesos y, en muchos casos, provocar una obstrucción mortal de las vías respiratorias.
Su tiempo de incubación es de entre 3 y 21 días, aunque lo más habitual es que los primeros síntomas aparezcan a los 10 días. Afortunadamente, existe una vacuna, pero se deben administrar recuerdos cada 10 años, de modo que antes de ir a ayudar a las zonas inundadas habría que comprobar si tenemos la vacuna al día.
No todo son enfermedades causadas por aguas contaminadas
En algunos casos, el propio frío también puede causar una enfermedad que nada tiene que ver con aguas contaminadas. Es lo que ocurre con el pie de trinchera, que se da cuando los pies se mantienen mucho tiempo a bajas temperaturas, pero no tanto como para llegar a la congelación.


En las inundaciones, a menudo, las personas afectadas pasan mucho tiempo descalzas o sin el calzado adecuado, hundidas en el barro, y eso causa ampollas y heridas. No son enfermedades causadas por aguas contaminadas, pero sí que es cierto que las heridas se pueden infectar, agravando aún más la situación.
Cuidado con los mosquitos
Afortunadamente, esto no ha ocurrido en época de gran proliferación de mosquitos. Sin embargo, dado que las aguas estancadas son su lugar predilecto para reproducirse, habría que vigilar que no haya insectos transmisores de enfermedades en las cercanías de las regiones afectadas. Ese sería otro motivo por el que las personas en Valencia podrían enfermar después de la DANA.