Ayer conocimos los ganadores del premio Nobel de Física. Este fue a manos de científicos implicados en el nacimiento de la IA tal y como la conocemos hoy en día. Eran nombres muy sonados. En cambio, el premio Nobel de Química ha sido para David Baker “por el diseño computacional de proteínas” y Demis Hassabis y John M. Jumper “por la predicción de la estructura de proteínas”. 

Como suele ocurrir siempre con el anuncio del premio Nobel de Química, este ha tenido lugar a poco más de las 11:45 (hora peninsular española) en la Real Academia Sueca de Ciencias, en Estocolmo, y lo ha dado a conocer el Secretario General de dicha institución, Hans Ellegren.

Los ganadores se tendrán que repartir un premio de 9 millones de coronas suecas, equivalentes a unos 830.000 euros. La mitad será para Baker, de la Universidad de Washington, y la otra mitad se la repartirán entre Hassabis y Jumper, de Google DeepMind.

Premio Nobel de Química al diseño y la predicción de proteínas

El premio Nobel de Física de este año ha honrado a la Inteligencia Artificial, mientras que el de Química ha premiado una herramienta química basada también en el aprendizaje automático. Pero cada cual lo ha logrado desde ámbitos diferentes.

Las proteínas son las herramientas químicas que nos mantienen con vida. Nuestros genes son nuestro libro de instrucciones. Dicta todo lo necesario para que nuestro organismo funcione correctamente y también para que seamos como somos: nuestro color de ojos, la textura del pelo, la prevalencia de algunas enfermedades… Incluso nuestra capacidad de doblar la lengua como un rollito.

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La información del ADN se traduce en proteínas.

Para que esas instrucciones puedan ejecutarse, la información debe traducirse y transformarse en proteínas. Estas son las herramientas que llevan todo eso a cabo.

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