Estamos en el tramo final de la cuenta regresiva para la presentación del robotaxi de Tesla. El nuevo vehículo debía anunciarse formalmente en agosto, aunque el evento luego se postergó hasta el 10 de octubre. De modo que este jueves al fin conoceremos uno de los proyectos más anticipados del sector de la automoción eléctrica, que a su vez se ha convertido en uno de los grandes fetiches de Elon Musk.

Sobre el robotaxi en sí mismo aún no se sabe demasiado, en especial de su diseño. Es evidente que Tesla ha hecho un muy buen trabajo para mantener esa información en secreto. Lo más aproximado a su posible apariencia que se ha visto hasta ahora son un concepto que se incluyó en la biografía oficial de Elon Musk por Walter Isaacson, y una foto del coche claramente camuflado que se filtró mientras circulaba por los estudios de Warner Bros., donde se hará la presentación.

En lo que respecta al funcionamiento del robotaxi, lo que se conoce hasta ahora es que Tesla aspira a brindar una experiencia 100 % autónoma de la mano de la inteligencia artificial. El vehículo no utilizaría radares ni sensores de proximidad, sino que, a diferencia de Waymo, dependería exclusivamente de múltiples cámaras y de un sistema impulsado por la misma tecnología que utiliza la conducción autónoma total.

A ello se le suma que, en teoría, el robotaxi de Tesla no tendría volantes ni pedales. Es decir, sería un coche pura y exclusivamente desarrollado para el traslado de personas y no un automóvil ya existente adaptado a dicha tarea. Elon Musk prometió lanzar un servicio al estilo Uber para sacar máximo provecho del nuevo vehículo, lo cual cerraría el círculo de esta propuesta.

Dicho todo esto, ¿es un robotaxi lo que Tesla necesita en este momento? Lo analizamos a continuación.

¿Qué gana y qué pierde Tesla con un robotaxi?

¿Qué gana y qué pierde Tesla con un robotaxi?¿Qué gana y qué pierde Tesla con un robotaxi?
El robotaxi de Tesla, camuflado durante las pruebas en los estudios de Warner Bros.

Si el robotaxi concreta al menos una parte de lo que promete —o de lo que se especula que puede hacer—, es probable que Tesla tenga entre manos un desarrollo revolucionario. Un coche eléctrico 100 % autónomo, sin volante ni pedales, que puedes invocar desde una app para que te lleve cómodamente de un punto a otro sin complicaciones, puede cambiarlo todo. Esa es la teoría, al menos.



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